sábado, diciembre 06, 2008

 

ALPEROVICH ELIMINÓ LA CRUZ DE CRISTO

José Alperovich, consiguió por fin la derogación de la ley de creación de la bandera de Tucumán, que perseguía desde que era legislador cuando presentó un proyecto de ley en ese sentido, en julio de 1996, con sus pares de la UCR Carlos Courel, Ramón Graneros y Cristina Peña. Luego como Ministro de Miranda impulsó otro proyecto, que tampoco llegó a tratarse. En este año, su amigo Ramón Graneros insistió con otro proyecto de derogación de la ley. La falta de un clima propicio para su tratamiento obligó al Gobernador a aprovechar el ámbito de trabajo del Digesto de Leyes que se preparaba en la Legislatura, para lograr su propósito de eliminar el símbolo de la Cruz de Cristo de la bandera provincial. De un modo subrepticio y en un silencio más parecido a un secreto, se introdujo este tema dentro de las 2000 leyes que se derogaron el primer día de trabajo.
Ningún legislador percibió este desliz y por lo tanto no se tuvo oportunidad de manifestar su opinión. El orden del día, por primera vez en la historia de la Legislatura se repartió en el recinto al comienzo de la Sesión, precisamente para imposibilitar su individualización y tratamiento.
Respeto todas las opiniones, pero como católico me siento discriminado por la actitud del Gobernador, y en consecuencia voy a recurrir a los organismos competentes. La ley fue sancionada el 9 de octubre de 1995, sólo veinte días antes de la finalización del mandato de la Legislatura de Ramón Ortega, siendo el autor del proyecto el entonces legislador Alfredo Guido Linares. Como Ortega no pudo promulgarla, lo hizo Bussi el nuevo gobernador electo. De ahí que algunos medios pretendan atribuirsela al ex-represor para desjerarquizar la norma.
“La Cruz no es la muerte de Dios, sino el momento en que se quiebra la frágil capa de humanidad, que Dios ha tomado, y comienza a desbordarse el amor que renueva la humanidad” afirmó el Papa Benedicto XVI durante el Vía Crucis de Semana Santa, en el Coliseo Romano. “De la cruz nace la vida nueva de Saulo, la conversión de Agustín, la pobreza feliz de Francisco de Asís, la bondad expansiva de Vicente de Paul, el heroísmo de Maximiliano Kolbe, la maravillosa caridad de la Madre Teresa de Calcuta, la valentía de Juan Pablo II, la revolución del amor: por eso la cruz no es la muerte de Dios, sino el nacimiento de su amor en el mundo" concluyó el Santo Padre.
La provocación de Alperovich es inadmisible y cae como una patada en el hígado de la mayoría católica de Tucumán, que debe respetar. Somos un pueblo sin conflictos raciales ni religiosos y no debemos permitir este tipo de conductas que tienden a importar controversias no deseadas para quienes, aún en la diversidad religiosa, política y étnica, aspiramos a vivir en paz.

Comments:
Lo hizo solo por imponer su religion, no por defender a todas las religiones, si la mayoria de los ciudadanos lamentablemente ni conoce la bandera de Tucuman... y pongo las manos en el fuego que el 90% de los judios que habitan en nuestra provincia... tampoco la conocian, entonces, quien se siente afectado? solo alperovich...
Felicidades a Renzo, por los huevos para hacerle frente a el mounstro que tenemos de gobernador.
Un gran saludo
 
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